La costa de Irlanda tiene rincones de auténtico vértigo, como los acantilados de Moher , una estructura rocosa de más de 300 millones de años que se extiende a lo largo de ocho kilómetros de costa atlántica.
Desde su punto más elevado -alcanza los 214 metros- se divisan las islas Aran, la bahía de Galway o el condado de Connemara.