Luego de 10 meses de retrasar sus conciertos en Las Vegas, Adele les dio una recompensa a sus seguidores con un show increible.
Adele sorprendió a su público en una parte especial, mientras interpreta Love Is A Game, que es la última canción del set list, una lluvia de papelitos rosas brillante la invaden y caen del techo sobre ella hasta que, casi como por arte de magia, se desvanece del escenario, un truco que representa muy bien la “magia” de esta ciudad.
La cantante de “Hello” ya se presenta cada fin de semana en el Caesars Palace, en donde da un espectáculo que deja sin palabras a quien asiste.